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Arriando El siglo XXI

El siglo XXI nos abre sus puertas imponiéndonos la inmensa tarea de reconstruir nuestras instalaciones. Es así como en Diciembre de 1999 inauguramos la nueva Medialuna de La Reina. Discurso de inauguración de la nueva Medialuna de La Reina con motivo del Rodeo Oficial del 04 y 05 de Diciembre de 1999.

Señoras y señores:
Bien sabe el hombre campesino que para lograr el fruto de la tierra, se debe seguir el proceso inevitable de la vida: SIEMBRA, CULTIVO Y COSECHA.
Con sentimiento de inmenso orgullo y abriendo nuestro corazón a la comunidad de La Reina y al mundo corralero, les ruego que me permitan relatarles el mágico proceso de vida de nuestra MEDIALUNA.

Años atrás, cuando la romántica medialuna antigua nos decía con voz cansada que ya no podía mantener el tranco del tiempo, nace la necesidad de pensar en algo nuevo, algo grande, basado en la historia y tradiciones, pero con los atributos del nuevo milenio.

Es en ese momento que nace en las mentes de cada uno de nosotros la semilla de esta obra. Esa semilla que tendrá que hacer inmortal las vivencias de tantos corraleros antiguos, que al interior de esos durmientes añosos, escribieron la historia de nuestro Club del Rodeo Chileno de la Reina.

Buscando terreno fértil para sembrar nuestra idea, llegamos hasta la Ilustre Municipalidad de La Reina, ejemplo de liderazgo y apoyo positivo, quienes con entusiasmo hicieron suyo el proyecto. Al preguntarnos dónde podríamos depositar nuestro sueño, todos volvimos la mirada hacia nuestra imponente Cordillera, que con un gesto protector, nos abrió los brazos para cobijarnos como una madre naturaleza.

Arado en mano y junto a nuestras autoridades comunales, emprendimos la difícil tarea de abrir los surcos que tendrían que recibir el fructífero germen de nuestros anhelos.

Allí estaba la semilla en el terreno arado y se inicia la difícil faena de cultivar lo sembrado.

En esta etapa, afloraron los sentimientos encontrados, por un lado la hermosa oportunidad de participar en el proceso de construir sueños, y por otro, tener que enfrentar con voluntad y espíritu positivo la dificultad que tienen las grandes obras. Con emoción recuerdo cada paso que hemos tenido que dar para llegar a este sitial de honor.

  • ¿Cuántas veces salió el sol para iluminar nuestra semilla germinada?
  • ¿Cuántas reuniones para programar las tareas por realizar?
  • ¿Cuántas caminatas por estos bosques de litres, aromos y quillayes buscando soluciones en el trinar de los pájaros?
  • ¿Cuántas veces se escondió el sol esperando amanecer con nuevas fuerzas?
  • ¿Cuántos días transcurrieron para que la semilla de ideales se transformara en este nido de tradiciones criollas?



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